Por: José Daniel Alfaro
José Daniel reside en Alajuela, Costa Rica. Tiene 21 años. Actualmente es estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de Costa Rica y de inglés en la Universidad Técnica Nacional. Es Miembro de la Red de Jóvenes Políticos de la OEA.
El continente americano es testigo de múltiples crisis tanto económicas, sociales y políticas; Venezuela es uno de los Estados mayormente señalado y observado debido a la inoperancia del gobierno, comandado por Nicolás Maduro, y sus cifras de escandalo donde, por ejemplo, la inflación supera el 200%. El resto del mundo observa con atención esta coyuntura y planea soluciones a la misma. Sin embargo, el principio de soberanía donde ningún estado u organización puede intervenir en los asuntos internos de un Estado mantiene de “manos atadas” a muchos países que desean intervenir directamente en Venezuela, con el fin de derrocar a Maduro del poder y así ayudar a los millones de venezolanos que sufren a causa del gobierno.
Esta idea suele ser utópica, debido a que surge una incógnita en el por qué las potencias quieren intervenir en este conflicto. ¿Verdaderamente quieren ayudar a los habitantes o siguen sus propios intereses? La presencia de Estados Unidos y de Rusia es evidente, pero: ¿Para qué? ¿Ayuda humanitaria?, ¿posicionamiento geopolítico?, ¿obtención de recursos naturales? Este ultimo factor, los recursos naturales, sirve de transición para realizar la comparación entre la situación venezolana y la haitiana. Ambos Estados presentan situaciones de corrupción política, Derechos Humanos violados, economías en declive, movimientos sociales contra el gobierno que buscan una mejoría, enfrentamientos de civiles y armados, eventos que han traído consigo consecuencias terribles donde el número muertos y heridos aumenta. El tiempo transcurre, los países observan y la situación poco a poco debilita y destruye los gobiernos y las capacidades de estos Estados.
Se evidencia una similitud en las coyunturas de estos Estados americanos, sin embargo, no existe un apoyo homogéneo. La crisis de Haití sigue siendo un “llamado sin respuesta” debido a que las miradas están puestas en Venezuela donde existen ricos yacimientos de petróleo y demás recursos. La premisa anterior nos lleva nuevamente a preguntarnos: ¿Por qué se ha olvidado a Haití? El poco crecimiento económico de este país, el PIB per cápita es sumamente bajo, la poca escolaridad y los recursos limitados se postulan como los principales 4 factores del por qué se pasa por alto la coyuntura haitiana. Lamentablemente tanto las organizaciones como los Estados se rigen bajos sus intereses nacionales y/o personales tomando una posición impregnada de bases sólidas del realismo clásico y por ende no son imparciales a la hora de tomar decisiones de este tipo, donde las condiciones del Estado afectado, los Derechos Humanos de sus habitantes y la vulnerabilidad de su sistema de gobierno parecen carecer de la suficiente fuerza para atraer ayuda y cooperación.
El panorama se complica cada día más y Haití presenta paros nacionales los cuales afectan a su muy decaída y desvalorada economía. Lo ideal sería que exista una Ayuda Oficial al Desarrollo por parte de alguna Organización no Gubernamental (ONG) o un Banco de Desarrollo, donde el objetivo sea mejorar el Estado afectado de manera progresiva. Esto exclusivamente para mejorar la economía. Por otro lado, deben existir mejoras para el sector político y social, donde la corrupción y la violación de Derechos Humanos sea disminuida progresivamente.
La situación de Haití es crítica, un país pequeño con muchas limitantes que a gritos clama por ayuda, más este llamado no es correspondido. El mundo le da la espalda sin importar la situación que atraviesan. Haití es un pueblo valiente que lucha en busca de su bienestar. Un tema que conmueve a muchos actores del sistema internacional, no obstante, ninguno ha realizado una intervención de ayuda o cooperación de peso en este país. Los haitianos intentan con sus fuerzas conseguir una vida digna a pesar de la difícil situación, mientras que el resto del mundo los observa solamente observa y calla porque simplemente no les interesa.